The Dissapearing Act, Yinka Lesi Graves. Crédito Luis Castilla |
“Cuando el mundo está aún más turbulento que de costumbre, ¿de dónde viene esa fuerza y esa esperanza que nos movilizan para organiza una fiesta artística y cívica?”. Así arranca su editorial Tiago Rodrigues, director de la 78 edición del Festival de Teatro de Aviñón que comenzó el 29 de junio pasado (antes de las elecciones legislativas francesas), que culmina este 21 de julio. Y prosigue: “En un tiempo en que la democracia es puesta en peligro, ¿por qué es importante participar de este Festival y encontrar allí artistas de Francia y de todo el mundo? En una sociedad muy polarizada donde los discursos son simplificados para manipular mejor, esta muestra salvaguarda y promueve la diversidad y la fértil riqueza al disenso democrático. Propone al público una experiencia colectiva que tiende a la cohesión social y permite el intercambio con diferentes puntos de vista sobre el arte y sobre el mundo en general. El festival representa un tiempo y un espacio para despertar lo sensible y gozoso del descubrimiento y la diferencia, protegiendo y compartiendo la esperanza y la fuerza en un momento crucial para el futuro de todos. Permaneciendo Aviñón fiel a sus ideas fundantes declarándose un festival popular, democrático, republicano, progresista, ecologista, feminista y antirracista, haciendo un llamado a la responsabilidad (…) de unirnos para poner un dique a la extrema derecha. Contra el odio hacia el otro, el amor a la diferencia. Contra el miedo, la fuerza y la esperanza”.
Liddell junto al cajón |
Mothers. A Song for Wartime. Creación de Martha Gornicka |
Muy celebrada la
presencia de la argentina Lola Arias y su equipo ofreciendo Los días afuera,
ya vista en Buenos Aires, una continuación del film Reas protagonizado
-como la obra- por las personas que vivieron la experiencia carcelaria y la
posterior liberación. “Lágrimas sobre la escena durante una ovación de pie del
público emocionado por la sinceridad de las intérpretes. De la prisión en
Argentina al escenario de la Sala Opéra Grand Avignon, resulta conmovedora la
travesía de Yoseli, Nacho, Estefanía, Noelia, Carla y Paula”, escribió la
revista Franceinfo en su sección Cultura. Vidas difíciles de cinco mujeres y un
hombre trans de diferentes oficios que pasaron por prisión, rememoran su
condición de detenidas y el regreso a la libertad. Arias se hizo eco en el festival
sobre la situación de las encarceladas en su país, que se han duplicado, al
igual que la tasa de personas transgénero en esas condiciones: “Jugar con los
códigos del musical permite contar el encierro sin reproducir la
estigmatización”. Según la publicación antes citada, una bella lección de humildad y aceptación de la
posibilidad de redención y de reinserción social”.
Ava Baya, Sasoux Dosso, Hélène Rimenaid, Laura Facelina y Guillermina Celedon en Valkyrie, de Ava Baya & Pierre Pfauwadel. Crédito Arnaud Dufau |
Colette antes de Colette, entre 1908 y 1914: la futura escritora es bailarina del Moulin Rouge y no se niega a aventuras lésbicas, tras su separación de Willy. Se va de gira, se siente tentada de vivir con la aristócrata Missy, y finalmente se une a su marido en el frente. Una experiencia transformadora. Con aires de opereta, el espectáculo evoca un período de aprendizaje de la escritora, en un momento en el que todo cambiará para ella y para el mundo, con la Primera Guerra que marca el fin de la Belle Époque. Colette, la indomable representa muy bien a las compañías jóvenes y entusiastas que llevan adelante un proyecto con pocos medios económicos. La escritura y las canciones están en sintonía con los tiempos y la aventura de Colette en el frente es muy atrevida. Una etapa poco conocida de la vida de la novelista que es efectivamente una muchacha indomable. Obra en sintonía con tiempos contemporáneos, con temas de gran vigencia –género, feminismo, guerra– Colette, la indomable muestra hasta qué punto esa joven mujer estuvo adelantada a su tiempo. La energía y el fervor de esta puesta son palpables, según las reseñas. Bien escrita, bien interpretada, bien cantada al estilo de la época, la obra es ambiciosa y ligera, digna de los pasos de una gran precursora. Texto y dirección, Gaël Lepingle; música de Julien Robert.
Colette, la indomable |
En The Disappearing Act, Yinka Graves explora las raíces profundas del Flamenco, descorre el telón sobre la presencia africana en España, dialoga con aquellas marcas invisibles que la historia suele dejar en las sociedades. Afrodescendiente en el sur de España, la directora y única protagonista nació en Londres de una familia de Ghana y de Jamaica, y se instaló en Andalucía para estudiar el folclore de ese territorio. Ahora le pone el cuerpo entrenado a esta realización que redunda en un gran gesto artístico. Para el cierre del gran evento escénico está prevista la actuación de la maravillosa cantante catalana Silvia Pérez Cruz, con su voz única, influencias de jazz, folk, flamenco. Esta vez como hilo conductor los versos de gran poeta estadounidense William Carlos Williams.