Pastillero



Bonitas flores abortivas

La triste noticia -escuchada por radio- que anunciaba que la Corte Suprema había anulado Roe v. Wade sorprendió a la artista estadounidense Alina Bliumis en plena tarea. Y de inmediato, la impulsó a un giro en los temas que tenía entre pinceles. Así creó la serie Plant Parenthood, recientemente expuesta en Situations Gallery, en el Barrio Chino de Manhattan, inspirada en las plantas que las mujeres han empleado desde tiempo inmemorial para interrumpir embarazos no deseados. “Antes de que hubiera una medicina oficial, regida por varones, las mujeres cuidaban sus cuerpos ellas mismas con hierbas apropiadas”, declaró AB a la revista Hyperallergic. “Había curanderas, brujas, monjas. No era para nada asunto de hombres en aquellos tiempos”. La pintora investigó y se encontró con increíbles flores como la pipewine (ilustración) con su aspecto hermafrodita. Entre las sanadoras, Hildegarde de Bingen, monja sabia del siglo XII que usaba como abortivo el asarum, especie de jengibre silvestre. Las flores de Alina son particularmente provocadoras ahora que en los Estados Unidos el 29 por ciento de las mujeres viven en estados con acceso restringido al aborto.



Cannes en femenino

Como de costumbre desde hace 76 años, el Festival de Cannes transcurre en mayo con alfombra roja, desfiles de moda durante doce días, profusión de películas en competición y ciclos paralelos. Este 2023 con treinta y pico de participación de cineastas mujeres, todo un récord. Van por el premio gordo (la Palma de Oro) Alice Rohrwacher (La Chimera), Jessica Hausner (Club Zero), Catherine Breillat (Last Summer), Justine Triet (Anatomie d'une chute), Ramata-Toulaye Sy (Banel et Adama) y Kaouther Ben Hania (Las hijas de Olfa). Más los títulos de la prestigiosa sección Un Certain Regard, pertenecientes a Molly Manning Walker, Monia Chokri, Renée Nader Messora, Asmae El Moudir, Stephanie di Giusto y Delphine Deloget.

En la parte glamorosa, como maestra de ceremonias Chiara Mastroinani, bella mezcla de Catherine Deneuve (protagonista del magnífico afiche oficial) y Marcello Mastroianni. Y en la red carpet figuras como Scarlett Johansen y Margot Robbie (Asteroy City), Alicia Vikander (Firebrand, sobre la esposa del femicida serial Enrique VIII), las irrompibles Julianne Moore y Juliette Binoche. Y también de cuerpo presente, Deneuve, imponente de azul y alhajas perfectas.



Duras, hechicera inagotable

Marguerite Duras sigue dando que hablar, pensar, escribir. Acaba de publicarse en Francia el libro Le cinéma que je fais. Écrits et entretiens (El cine que hago. Escritos y entrevistas), compilado por François Bovier y Serge Mangel. Un volumen que logra diferenciarse de trabajos precedentes en la misma línea, según las reseñas. Los capítulos remiten a buena parte de la filmografía durasiana: Nathalie Granger, India Song, La mujer del Ganges, El éxtasis de Lol V. Stein… Obras veneradas por cantidad de cinéfilos/as, siempre en blanco y negro, con sus arritmias, los diálogos que parecen despegados de las imágenes. El libro brinda textos de Marguerite quien no pretende dar explicaciones: “Indian Song es el fracaso de toda reconstrucción, la implementación de un proyecto fallido” o “un espacio ofrecido pero que nunca se ocupa, donde el sonido reina por completo”. Ya se sabe: Duras única, original, misteriosa, elusiva, con ese humor soterrado. Uno de sus textos se titula: Nota para nada.



Diabolik no se rinde

Una concurrida expo en Milán descubre en estos días las planchas originales de una historieta mítica, creada en los años ’60 por la feminista italiana Angela Giussani: Diabolik, iniciadora de los fumetti neri, revistas para adultos con contenidos eróticos, transgresores. La creadora, más tarde asistida por su hermana Luciana en la redacción, provenía de la buena sociedad católica milanesa y abrió el camino a los antihéroes, a las antiheroínas inteligentes y non sanctas. Diabolik fue un gran suceso perdurable y 60 años después de su nacimiento se sigue reeditando, aparte de haber dado origen a una saga cinematográfica cuya segunda entrega se está estrenando mundialmente bajo el título Diabolik, Ginko al ataque. Con Mónica Bellucci en el rol de la esposa del inspector de policía, archienemigo del escurridizo D, a su vez siempre flanqueado por su tremenda cómplice Eva Kant, a cargo de Miriam Leone.



La paz sea con nosotras

Al tiempo que se recuperaban de los grandes pesares de la Segunda Guerra, las mujeres galesas se unieron en gran número para pedir paz en el mundo. Ya en 1923, la Liga de las Naciones Unidas de Gales plantó una petición en la universidad de Ciberystwyth clamando por un planeta sin guerras, que fue firmada por las tres cuartas partes de la población femenina. El larguísimo documento se enrolló y se guardó en un cofre sellado que partió hacia los Estados Unidos, con la ilusión de que las mujeres de ese país se aliaran a ese reclamo. El entonces presidente Calvin Coolidge entregó el arca al Smithsonian para que la preservara. Cuando se acercaba el centenario de la Primera Guerra se encontró en Cardiff una placa que citaba aquella petición. “Pero nadie sabía de qué se trataba”, subrayó la presidenta de Women’s Peace Petition Partnership, Mererid Hopwood. Finalmente, en 2017 se envió un correo al Smithsonian y el cofre con su contenido llegó a la Biblioteca Nacional de Gales el 29 de marzo pasado y fue abierto públicamente en emocionante ceremonia. Hopwood ha manifestado su intención de renovar formalmente esos votos de paz con todas las mujeres del mundo dándose la mano y activando gestiones. En 1958, el clásico símbolo de la paz fue diseñado por el artista brit Gerad Hotton (la foto muestra a una multitud que lo reproduce en Glastonbury, Inglaterra).