Por Moira Soto
Kathryn Bigelow, 2010, Oscar por Vivir al límite |
En este último film, se abocó de frente a los
tremendos sucesos que se originaron en la ciudad del título -estado de Michigan-
en 1967, a partir de una violenta redada en un bar exclusivo para negros, donde
un grupo celebraba el regreso de Vietnam de combatientes afronorteamericanos.
Noche terrible de brutalidad policial que desencadenó saqueos, incendios,
tiroteos con un saldo de 43 muertos, casi 500 heridos, destrucción de numerosos
edificios. Amén de las 150 revueltas que estallaron a través de los Estados
Unidos. KB se arremangó y se animó como nadie antes con los episodios de Detroit,
representando de manera espeluznante la crueldad de la tortura policial. Lo
hizo hace 5 años, y conocidos hechos posteriores -como el alevoso asesinato de
George Floyd- pusieron en evidencia la deplorable actualidad de la minuciosa
evocación de 50 años atrás.
Jessica Chastain en La noche más oscura, 2012 |
Realizadora inclasificable, que incomoda a
ciertos críticos varones que le adjudican exceso de testosterona y también la
suerte de haber sido apadrinada (y guionada en un par de casos) por su ex James
Cameron, o que la amonestan por la ambigüedad política en algunos de sus
enfoques. Y asimismo un tanto sospechada por feministas que desearían que esta
cineasta se definiera más claramente en sus films y en las entrevistas como una
de las nuestras, Kathryn Bigelow se mantiene irreductible, a su aire, sin
responder a lo que se esperaría de ella, sembrado inquietud y polémica, incluso
escándalo (caso Detroit), y a la vez, empujando al público a una
participación activa en cuestiones conflictivas, en dilemas morales. Y (salvo
en Detroit) hay menos violencia directa en sus obras de la que se le
suele atribuir, quizás porque cuando explota, esa violencia es de una
contundencia, de una fisicalidad extremas. Pero, por ejemplo, en las citadas Vivir…
y La noche…, la tensión narrativa circula mayormente en escenas
intimistas, relativas a situaciones personales. Y en K-19 (2002),
inspirada en hechos reales, la inacción física transcurre en el interior del
primer submarino nuclear ruso, en peligro por fallas técnicas; el suspenso es
puertas adentro, entre el capitán y su oficial, con el trasfondo de la
tripulación a punto de detonar: la acción es puramente psicológica, plasmada
con talento y corazón, entre dos dechados de virilidad que han de ceder,
Harrison Ford y Liam Neeson.
En 1987, KB hace su primer film en solitario y
con guion propio, Cuando cae la oscuridad, ahora de culto; una de
vampiros en la actualidad, en tierra de cowboys, el Oeste norteamericano, que
se estrenó en la Argentina en 1989. Me tocó escribir la reseña en el Diario Sur
(ver foto del original), y me da un toque de orgullo haber reconocido la mirada
original, la estética deslumbrante de una directora desconocida en ese momento.
A continuación, Testigo fatal (creativa traducción de Blue Steele,
1990), Con la estupenda Jamie Lee Curtis encarnando a una heroína compleja, con
padre golpeador, que es resistida cuando ingresa a la policía por sus
compañeros varones. La directora aplica la violencia para interrogarse sobre la
identidad femenina a la vez que subraya el fetichismo del uniforme, de las
armas cuando Megan se viste para ese primer día de trabajo.
Acaso la futura realización de Aurora compense
a Kathryn, a sus 70, de la enorme frustración que sufrió hace casi 25 años,
cuando el vistoso y efectista Luc Besson (con varias denuncias de abuso sexual por
parte de actrices y otras trabajadoras del cine desde 2018) le robó
literalmente su proyecto de filmar la vida de Juana de Arco, para el que ella había
investigado con mucha pasión durante años, y escrito un guion con Jay Cocks
bajo el título Company of Angels. Besson iba a ser el productor asociado
y hubo insalvables diferencias cuando el francés quiso imponer a su novia Milla
Jojovich. Bigelow no aceptó y Besson se salió con la suya, reescribiendo el libreto.
Pero su aparatosa producción con un elenco heterogéneo que incluía a Dustin
Hoffman, John Malkovich (nunca peor) y la operadísima Faye Dunaway, además de
la bonita -pero inoperante como actriz- Jojovich, artísticamente resultó un
fiasco.
Pero ahora amanece con el esperanzador proyecto apocalíptico de Aurora. Que no es poco para el club de fans de Kathryn Bigelow.
(Dar click sobre la imagen para ampliar) |
Cuando cae la
oscuridad se proyecta el sábado 01 de
octubre de 2022 a las 24:00 hs en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415) en el
marco del ciclo “Terror en los 80s”. Más información en https://www.malba.org.ar/cuando-cae-la-oscuridad/