Por Moira Soto
Jean-Louis Trintignant y su hija Marie, théâtre de l'Atelier en 1999. “Poèmes à Lou”, de Guillaume Apollinaire. Crédito: Getty - Jeremy Bembaron / Sygma |
A Jean-Louis Trintignant le gustaba que lo presentaran así, manteniendo vivo el recuerdo de su amada hija, cuya muerte violenta lo sumió en el desconsuelo hace casi 23 años. Solo salió de su retiro en el interior de Francia, donde vivió cultivando vides y olivares, para hacer espectáculos de poesía en homenaje a Marie Trintignant. O, en 2012, para filmar Amour junto a Emmanuelle Riva, bajo la dirección de Michael Haneke. Pero JLT no se repondría nunca de este duelo, aunque cada tanto, hasta hace 4 años, participaba en espectáculos poético musicales. El último, que también fue grabado en un CD, incluía a un genial músico argentino: Trintignant/Mille/Piazzolla.
En la noche del 26 al
27 de julio de 2003, Bertrand Cantat, líder de la banda Noir Désir, después de
hacerle una escena de celos porque ella había recibido llamadas de su ex marido
y padre de uno de sus cuatro hijos, golpeó 19 veces en la cara a Marie
Trintignant. Estaban en Lituania, donde ella -tremenda paradoja- había
terminado de grabar para la TV Colette, une femme libre, dirigida
por su madre, Nadine Trintignant. Cuando Marie cayó inerte sobre el piso,
Bertrand la levantó y la puso sobre la cama. Marie seguía inmóvil, pero él no
pidió ayuda hasta siete horas después de la paliza. Demasiado tarde: Marie ya
estaba en un coma profundo del que no regresó.
Cantet fue condenado
apenas a ocho años de prisión en Lituania, luego trasladado a una cárcel
francesa. Salió en libertad condicional por buena conducta en 2007. Al tiempo
volvió con su ex mujer, Kristina Rady, figura descollante de la escena
artística húngara, promotora cultural, productora, puestista, con la que había
tenido -antes de la historia con Marie- un hijo y una hija. Ella lo bancó
durante el proceso, negó que Cantat la hubiera golpeado cuando el ex de la
actriz asesinada, el director y escritor Samuel Benchetrit, declaró que
Kristina le había confiado que Cantat la maltrataba y que había llegado a
perseguirla con un cuchillo.
Kristina, aún
enamorada de Bertrand, trató de ayudarlo a rehacer su vida al salir de prisión,
y lo recibió en su casa junto a sus hijos. Todo guardaba las apariencias de
cierta normalidad, mientras Cantat empezaba a trabajar en un nuevo álbum para
lanzar durante 2010. Pero el 10 de enero de 2010, al parecer mientras Bertrand
Cantat dormía, Kristina Rady se suicidó colgándose del techo, luego de escribir
una carta cuyo contenido no fue revelado. Al volver de la calle, su hijo Milo,
de 12, se encontró con la terrible escena. Su madre, esa mujer de 41, culta,
inteligente, prestigiosa, creativa, después de tanto resistir se había quebrado
definitivamente.
Marie Trintignant era
la hija muy querida de Jean-Louis y Nadine Trintignant. Actriz de cine y de
teatro, cantante, había trabajado junto a su padre en películas dirigidas por
su madre (y por otros directores, como Claude Chabrol). Tenía tres hijos cuando
se enamoró apasionadamente del músico y poeta Cantet quien, en esos momentos,
acababa de tener una hija con Kristina. Después de la muerte de Marie, Nadine,
en el colmo de la desesperación, declaró que sabía que LC le había pegado antes
a su hija, y se echó culpas por no haber intervenido. Partido de pena,
Jean-Louis apenas pudo agradecer entre sollozos los homenajes que la gente del
espectáculo hizo a su hija en la mañana del entierro, en el teatro Edouard VII.
El ministro de Cultura tomó la palabra frente al ataúd blanco y subrayó que la
desaparición de Marie “ponía de manifiesto la necesidad de seguir luchando por
el advenimiento real de la igualdad entre hombres y mujeres”. Ya en el
cementerio Père Lachaise, militantes de la red Feministes Encore! enarbolaron
la bandera blanca contra la violencia machista.
Siempre se supo en
Francia que JLT y MT mantenían una relación privilegiada de amor y
entendimiento. El extraordinario actor de voz de violonchelo –como decía el
acordeonista Daniel Mille que lo acompañaba en sus recitales de poesía–, aunque
siempre mantuvo pudorosa reserva sobre la magnitud de su dolor, ha dejado caer
algunas frases sobre ese gran cariño: “Nunca fui más dichoso que estando en compañía
de Marie...”. Juntos hicieron poemas en el teatro, hasta poco antes de la
tragedia.
Jean-Louis, hijo de un
próspero industrial y sobrino de un famoso corredor de autos, quedó flechado
por la poesía de Prévert a los 12. Luego llegaron a su corazón Apollinaire y
Aragon. A los 19, estudiante de Derecho, asistió a una función de El
avaro de Molière, dirigida por Charles Dullin, y tuvo otra
iluminación: dejó la carrera y se fue a París, siguió cursos con Dullion, con
Tania Balachova. Empezó a hacer teatro y cine en los ‘50. En Y Dios
creó a la mujer se prendó de Brigitte Bardot, en la
pantalla y en la vida real, un romance que duró pocos años y que ambos evocaron
siempre cariñosamente. La carrera de JLT se fue para arriba con hitos
comerciales como Un hombre y una mujer, y sucesos de corte
político y antifascista, como Z o El conformista,
aunque cada tanto se declaraba harto del cine, sobre todo de la farándula que
lo rodeaba.
En 2003 hizo con
Marie Poèmes a Lou sobre la escena. En 2005 presentó Jean-Louis
Trintignant lee a Apollinaire, en homenaje a Marie. En años
siguientes, el carismático intérprete, presentó Tres poetas libertinos,
que incluía a Jacques Prévert, Boris Vian, Robert Desnos, con los que se
identificaba: “Desdichados que sufrieron mucho, pero se siente en ellos un
gusto por la vida, la felicidad, el amor”.