Por Moira Soto
El domingo 3 de octubre vuelve al teatro Margarita Xirgu el arrollador espectáculo Beya durmiente (Dj Beya), creado a partir de la nouvelle Le viste la cara a Dios, de Gabriela Cabezón Cámara, que escribió a pedido una versión muy libre del clásico La Bella Durmiente, imaginando a una mujer despojada de su autonomía en una cama, en situación de trata. Como bien reza la sinopsis: “Desdoblándose para poder hablarse, Dj Beya intentará desentrañar los mecanismos para sobrevivir en un oscuro puticlub de Lanús, antro contemporáneo de la violencia machista. Una mujer se observa carne y se delira santa. Una mujer se escinde para volverse epifanía. Una mujer se transforma en Houdini o en un Kill Bill del conurbano en clave de acto psicoperformático de sublevación”.
Magnífica protagonista de gran arrojo es Carla Crespo, bajo la vibrante dirección de Victoria Roland. Merecen ser destacados otros nombres de la ficha técnica: Bárbara Togander, coach musical y colaboración artística; Julieta Potnze, dirección de arte y escenografía; iluminación, José Binetti; vestuario, Gerónimo Lagos Agüero; registro audiovisual, Francisco Castro y Nadia Lozano; fotografía, Nora Lezano. Beya durmiente va los domingos a las 19 en el teatro Margarita Xirgu, Chacabuco 875.
Hace exactamente dos años me dejé arrebatar por este espectáculo tan singular y le escribí a CC, actriz muy apreciada, el comentario que sigue, donde traté de verbalizar emociones y pensamientos que me disparó Beya durmiente.
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Crédito Nahiara Espindola |
Hola Carla,
sabés que
no soy de quedarme a saludar a los actores, a las actrices después de un
espectáculo, por más que me haya gustado mucho, para evitar decir una frase
hecha cuando aún no he tenido tiempo de procesar mínimamente la obra. Toda esta
lata para disculparme por mi demora en escribirte.
Realmente
salí muy agradecida como público, contenta de haber ido a ver Beya durmiente gracias a tu invitación.
Te aclaro que había recibido la gacetilla, pero me pasa que en el fárrago de
emails que promueven obras, algunos van quedando postergados... Hasta que llega
un correo personalizado e incitante como el tuyo.
Crédito Gerónimo Lagos Agüero
Y quería
tomarme un poco de tiempo para poner en palabras algunas impresiones sobre tu
espectáculo, que me pareció entre lo más interesante y original que he visto
este año. Admirable tu laburo, y un gran acierto convertir a la narradora en
segunda persona, en una DJ que musicaliza (geniales los temas, la variedad de
géneros que se integran orgánicamente y suman sensorialidad al texto); una DJ
que toma distancia y a la vez se identifica profundamente con la Beya. Ese
lenguaje que oscila entre lo crudo y lo cocido,
tan bien amalgamado por la escritora (aunque con toda franqueza debo
decirte que en contados momentos se vuelve un tanto reiterativo, quizás porque
no es lo mismo un texto literario que se lee, que ese mismo texto teatralizado,
quizás faltó algo de condensación). Me conmovió mucho la entrega generosa y
zarpada de tu actuación, la enorme riqueza de matices, tu forma de volver verosímil, genuino ese mundo paralelo místico
que se crea Beya; tu manera de entrar en su cabeza, de percibir su cuerpo. Creo
que es un espectáculo que les ha de pegar fuerte a los varones, aunque no sean
consumidores de prostitución: vi a dos cercanos en la sala que se revolvían,
que no paraban de hacer comentarios molestos a sus acompañantes, que se reían a
destiempo…
Me parece
un acontecimiento muy alentador cuando un espectáculo es capaz de movilizar,
crear conciencia. Cuando puede resultar en alguna medida transformador de una
realidad, en este caso tan terrible como lo es la esclavitud sexual. Y que esté
realizado con alta calidad en todos los rubros, claro, porque he visto cosas
bienintencionadas pero que se quedan en el manual del ciclo de la violencia de
género, en lo didáctico, explicativas, sin pasar a otro estadio. Por suerte, no
es lo que sucede con Beya… que logra
sublimar esos contenidos, potenciarlos, dándoles dimensión artística. Aquí, sin
ahorrar detalles tremendos, vocabulario imprescindible para navegar en la
fisicalidad y el misticismo, la fantasía que alivia la desesperación, el dolor
físico y moral que han ido reduciendo pero no anulando a Beya.
Bueno,
Carla, un alegrón volverte a ver en toda
tu plenitud de actriz, en un espectáculo que te merece, embutida en plateado,
coronada como una santa laica, una muy bella Beya.
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Crédito Gerónimo Lagos Agüero |